Salmo 22, 30-31

Mis descendientes adorarán al Señor y hablarán de Él toda la vida; a los que nazcan después les contarán de su justicia y de sus obras.
Tomado de: Biblia Dios Habla Hoy.

Todos hemos tenido momentos de mucho dolor y tristeza. Cuando un judío pasaba por estas circunstancias oraba el salmo 22. Y como Jesús también era judío, lo rezo en su momento de mayor angustia, la cruz del calvario. Son las conocidas palabras de Cristo al decir: “Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado”. Frecuentemente pensamos que Cristo quería decir que Dios se había desentendido de su dolor. Pero el judío al decir “porque me has abandonado” no quería decir que Dios lo olvidó, sino que su angustia es tan grande que ya no siente la presencia del Todopoderoso con él. Posiblemente Jesús no tuvo las fuerzas para terminar este salmo y sólo pudo mencionar las primeras palabras.

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